El primer día nos fuimos a visitar el mercado de Navidad de Stuttgart y el centro de la ciudad. Menos mal que sólo hacía 6 bajo cero a mediodía. Había una pista de patinaje sobre hielo en una plaza junto al mercado. Todo el mundo compraba regalos y adornos de Navidad y comía salchicas y patatas fritas que servían en la calle. Nosotros compramos un típico muñeco cascanueces y un belén en forma de carrousel. En Stuttgart había una tienda que era el paraíso de Lego, con un montón de animales, muñecos y máquinas construidas de lego.
El Domingo fuimos a visitar Lutwigsburg, la segunda cuidad de Baden Wuttenberg, donde estuvimos otro mercado de Navidad y visitamos un castillo y un palacio de los antiguos reyes alemanes. A la tarde fuimos a BadWimpfen, un pueblo-fortaleza medieval. Para entrar había que subir una cuesta muy empinada, y casi nos matamos porque estaba helada.
El lunes viajamos cuidad de Speyer, visitamos la catedral románica más grande del mundo (con permiso de Santigo de Compostela - Nota del padre), donde están enterrados antiguos Kaisers alemanes. A la tade fuimos al museo tecnológico y estuvimos dentro de un submarino, un Jumbo 747 que tenía un tobogán gigante, pero no pudimos bajar porque estaba nevando, un avión ruso Antonov, en el que cabía medio Gaztelueta y un transbordador espacial ruso de 1988.
El miércoles volvimos a Bilbao, a las 10 despegó el avión.
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